lunes, 24 de febrero de 2014

SPINTRIAE: Las monedas romanas del sexo



Las Spintriae eran monedas realizadas, en bronce o latón, fueron acuñadas por orden de Tiberio, y existían 16 tipos de monedas diferentes, aunque una de ellas no se acuñó oficialmente y representaba un pene con alas. Sus medidas eran aproximadamente de unos 20 mm diámetro. Aunque se encuentran por todo el mundo romano, su número es bastante reducido, comparado con la alta presencia de burdeles en época romana,así que parece ser que no tuvieron mucha circulación, por lo que hay poca información sobre ellas, aunque ya Marcial las llamaba, lasciva nomismata. Se las conoce por el nombre de spintriae, a partir del siglo XVII, probablemente a partir de una lectura incorrecta de la Vida de Tiberio (XLIII) de Suetonio.



La teoría más generalizada sobre estas monedas es que son monedas especiales usadas en prostíbulos y burdeles del Imperio Romano para solicitar servicios sexuales. El uso de estas monedas implicaba una doble ventaja:
- Por un lado se evitaba el uso de monedas corrientes donde apareciera la esfigie del emperador, por lo que de esta forma se evitaba mancillar el honor del personaje ilustre que adornase cualquier de las caras de la moneda.
- Por otro lado, estas monedas servirían para vencer los problemas idiomáticos tanto por parte de las prostitutas (muchas de ellas esclavas venidas de otros países) como de los clientes (marineros, soldados, comerciantes provinientes de todos los rincones del Imperio). Así en una de las caras de la moneda aparecería el servicio demandado por el cliente, mientras que por la otra, venía el precio a pagar por el servicio solicitado, también se ha especulado que ese número pudise indicar el número de la habitación donde se realizaba dicho servicio.

La otra teoría sobre estas monedas es que fueron un encargo del lascivo emperador Tiberio (muy aficionado a los juegos sexuales, como bien nos relata Suetonio) y que fuesen utilizadas como nuestros dados eróticos actuales.

La felación era uno de los servicios más caros, ya que esta práctica era consideraba una de las más indignas.


A continuación os dejamos un pequeño fragmento de la Vida de los Doce Césares dedicado a la figura del emperador Tiberio escrito por Suetonio:


XL
Después de recorrer la Campania y haber hecho la dedicación del templo de Jupiter encapua, como también la del templo de Augusto en Nola, pretexto de su viaje, marchó a Capri, gustándole mucho esta isla porque solamente era abordable por un lado y por entrada muy estrecha, haciéndola inaccesible por los otros, escarpadas rocas inmensamente altas y el abismo de los mares (...)

XLII
 A favor de la soledad y lejos de las miradas de Roma, entregóse al fin sin freno a todos los vicios que hasta entonces había disimulado, aunque mal: de ellos hablaré, y también de su origen. En los campamentos, y desde que comenzó la vida militar, se le conocía por su extraordinaria afición al vino, hasta el punto de llamarle los soldados, en vez de Tiberius, Biberius; en vez de Claudius, Caldius, y en vez de Nero, Mero. (...)

XLIII
En su retiro de Capri tenía una habitación destinada a sus desórdenes más secretos, guarnecida de lechos en derredor. Allí un grupo elegido de muchachas y de jóvenes disolutos, reunidos de todas partes, y algunos que habían inventado monstruosos placeres, y a los que llamaba sus maestros de voluptuosidad (spintrias), formaban entre sí triple cadena, y entrelazados de esta manera se prostituían en su presencia para despertar, por medio de este espectácUlo, sus lánguidos deseos. Tenía además diferentes camaras diversamente arregladas para estos placeres, adornadas con cuadros y bajo relieves lascivos, y llenas de libros de Elephantidis, con objeto de tener en la acción modelos que imitar. Gracias a él, los bosques y las selvas no eran más que asilos consagrados a Venus, y veíase a la entrada de las grutas y en los huecos de las rocas la juventud de ambos sexos mezclada en actitud voluptuosa, con trajes de ninfas y silvanos. Así es que el pueblo, jugando con el nombre de la isla, daba a Tiberio el de Caprineum.


SUETONIO: Vida de los Doce Césares, volumen II, Ediciones Alma Mater, Barcelona, 1967, Liber III: Tiberius.



COLECCIÓN DE SPRINTIAE











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